Cuando inviertes mucho en formación y te quedas sin nada


Fuente: http://www.elconfidencial.com

El MBA ya no es el camino que lleva a lo más alto de la pirámide empresarial. Las escuelas de negocios están viendo cómo su programa estrella se convierte con más frecuencia de lo deseado en una trampa para unos alumnos que han realizado un notable esfuerzo en tiempo y dinero y que no están encontrando los resultados que esperaban. Las bolsas de trabajo de las escuelas de negocio no logran dar la misma salida que antes a quienes adquieren una titulación que era sinónimo de éxito.

Lo cual tiene dos lecturas. Como señala Arturo Lahera, profesor de sociología de la Universidad Complutense de Madrid, el hecho de que los estratos educativos más prestigiosos tengan problemas para encontrar empleo “implica que la situación es tan dura como se supone y que aún puede ser peor en el futuro próximo”. Desde la perspectiva personal, la situación es dramática para unos alumnos que han visto cómo las expectativas que habían manejado a lo largo de su trayectoria profesional se están quebrando fruto de una mala situación del mercado del trabajo. “Se trata de personas que formaban parte de una élite educativa que estaba acostumbrada a una estabilidad que ahora desaparece, lo que implica un ajuste psicológico bastante duro”. Muchos de quienes han ido a parar a los MBAs se habían socializado en un contexto en que, a pesar de las dificultades que presentaba el mercado laboral, parecía que a través de la formación y de los méritos podía encontrarse un empleo con un salario suficiente. Ahora no es así, por lo que están entrando en una situación para ellos desconocida. Se ha incrementado la incertidumbre en un segmento social que estaba acostumbrado a la seguridad.

Algo que se agravará en los próximos meses, señala Lahera, toda vez que el mercado de trabajo parece congelado. “Hasta ahora, año y medio después del inicio de la crisis,  la economía comenzaba a crecer y seis meses más tarde se empezaba a crear empleo. Esta recesión dura ya cuatro años y seguimos sin vislumbrar el comienzo de la recuperación”.

Para Pino Bethencourt, asesora ejecutiva, escritora y profesora de IE Business School, no podemos seguir pensando que un buen master va a garantizar un trabajo bien pagado. “Quizá fuera así hace un par de décadas, pero hoy ya no es así”. Es cierto que el MBA es un master especial, ya que muchas empresas siguen reclutando a los titulados más jóvenes, y que otros alumnos lo inician con la promesa de volver a su empresa una vez lo hayan finalizado (incluso algunas se lo costean). Pero hay un tercer grupo de personas que toman la decisión de invertir en su formación pensando que la recuperarán a los dos o tres años de haber terminado el MBA y esos lo están pasando peor.

Soltar expectativas

En esa situación, lo esencial para encontrar trabajo, asegura Bethencourt, “es saber cómo vender su experiencia y sus conocimientos a los posibles contratantes”. Desde ese punto de vista, arrepentirse de lo invertido en el MBA es un error. “Hay que incorporar la historia del master a la trayectoria profesional y saber contarla desde una perspectiva atractiva para las empresas. Eso implica mucho trabajo de pensamiento positivo, dejar de lado el pesimismo, ignorar las noticias de los periódicos y convencerse de que se va a poder seguir adelante y recuperarse de las deudas.  Si no se trabaja ese tipo de mentalidad, es difícil conseguir un contrato”.

Es muy importante hacer un ejercicio de luto, señala Bethencourt, “mediante el cual soltar las expectativas que se tenían y que ya no se van a cumplir”. En ese contexto, en el que es lógico que se busquen culpables, “es mucho más útil pensar en positivo, salir a hacer networking y convencerse de que lo importante es progresar aunque no nos ofrezcan el puesto que esperábamos”. Además, ayuda mucho el ser consciente  de que las circunstancias han cambiado. “Mucha gente sale del master con una mentalidad muy estructurada, esperando un contrato de duración determinada, cuando quizá lo que funcione sea ampliar parámetros y colaborar aquí y allá, lo que puede abrir algunas posibilidades, además de ayudar a pagar las facturas.

También es recomendable, asegura Bethencourt, formar parte de un grupo de gente que esté en situación parecida, de forma que se puedan compartir frustraciones y se trabaje la motivación de forma conjunta, lo que “evitará caer en una situación de aislamiento que resulta profundamente negativa”.

En cuanto al camino a seguir para obtener empleo, el networking es el más adecuado, aunque también resultaría útil “que muchas escuelas de negocio se atreviesen a enfrentarse a la situación y ajustasen sus departamentos de gestión de carrera, hoy infradimensionados para el número de alumnos que están tratando”.

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