Invertir en formación para sobrevivir y ganar clientes


Fuente: http://www.cincodias.com

Los directores financieros deben estar cansados de sacar la tijera, pero merece la pena que la dejen guardada en el cajón durante unos meses más en lo que respecta al presupuesto para la formación de los trabajadores de la compañía. Así lo afirma Carolina Carcedo, directora de externalización de ventas de Grupo Femxa, quien de forma radical señala que “tenemos que reinventar el sistema” y, por ello, “es necesario un cambio de actitud de la propia empresa”, que debe orientarse a generar valor para todo el ámbito de las relaciones, tanto con sus trabajadores como con sus colaboradores, lo que le permitirá obtener ventajas competitivas sobre el resto.

En el mismo sentido se expresa Norbert Monfort, socio de la compañía especializada en formación empresarial Cookie Box. Subraya que, para ser competitivos, las neuronas de todos los trabajadores son fundamentales.

“En este momento, la clave es innovar, innovar e innovar. Para ello no se debe partir de cero, sino que se deben fusionar todas las ideas que están dentro de la organización. Cuando tenemos ganas de contribuir y se nos deja, la suma es explosiva”, indica Monfort, quien defiende de esta forma la necesidad de mantener a los trabajadores activos e involucrados en la evolución del negocio.

Aunque por su volumen y capacidad operativa, las compañías grandes destinan grandes cantidades de presupuesto a la formación, las pymes están jugando un papel fundamental en este sector. En primer lugar, la inversión en formación es necesaria para cualquier compañía independientemente de su tamaño y, gracias a las ayudas públicas y comunitarias a la formación continua, cada vez resulta más fácil para estas firmas acceder a estos servicios.

En segundo lugar, la mayoría de las compañías que prestan capacitación son de tamaño pequeño y mediano, según un estudio publicado por la consultora DBK. Precisa que la oferta está fuertemente atomizada, ya que en este mercado operan unas 1.800 compañías.

Este sector no es inmune a la difícil coyuntura económica. Los servicios de formación destinados a los trabajadores generaron un volumen de negocio de 1.010 millones de euros en 2010, con un descenso del 6% respecto a 2009, que se suma a la caída que ya se produjo en el ejercicio anterior, cuando el volumen de este mercado cayó un 10%. Las fuentes consultadas aseguran que los presupuestos de las empresas dedicados a formación se están resintiendo con la crisis, aunque destacan que todavía hay compañías que ven la importancia estratégica de estas inversiones.

“Como ante cualquier situación de crisis, en la escuela nos encontramos con un número considerable de empresas que se marcan como objetivo principal poder sobrevivir y, por tanto, reducen o eliminan de forma significativa su presupuesto para formación”, declara Jesús Miguel García, director comercial y de marketing de la Escuela Profesional de Nuevas Tecnologías CICE. Pero precisa que la compañía cuenta también con “clientes importantes” que afrontan esta situación “como una oportunidad de crecer o de posicionarse de manera ventajosa ante sus competidores”. Afirma que estos no solo mantienen sus presupuestos para formación, sino que incluso los incrementan.

En el mismo sentido, Sara Alegría, directora comercial de Telefónica Learning Solutions, resalta que se ha producido una reducción de los presupuestos en formación debido a que las plantillas también se han encogido.

Carolina Carcedo, de Femxa, asegura que “las grandes compañías siguen invirtiendo en formación, mientras que las pymes, debido a su situación financiera, recurren a la formación bonificada, que no tiene coste para la mayoría de las empresas”.

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