Fuente: http://www.diariovasco.com
Es cierto que la formación continua exige un coste por parte de las empresas, pero se ve claramente compensado con el incremento en la productividad laboral. Cuando los trabajadores cuentan con un capital humano valioso para la empresa, ante una coyuntura negativa, la empresa trata de adaptarse a las circunstancias pero tratando de retener a sus trabajadores. Pero la formación continua es una práctica muy poco habitual en nuestro país -menos del 25% de los trabajadores reciben formación en sus empresas, y en consecuencia la mayoría de las empresas no tienen el suficiente incentivo para retener a sus trabajadores en situaciones adversas y en consecuencia, optan por la vía del despido. ¿Qué dice esta reforma sobre los mecanismos para mejorar la Formación Continua de los Trabajadores? Nada. Solo se encuentra una mención de tres líneas en las Disposiciones Finales Segunda y Tercera. Sin el desarrollo de estos mecanismos la productividad laboral seguirá siendo baja, sensiblemente más baja que en los países de nuestro entorno, y en ese contexto, será difícil que las empresas, al atravesar situaciones adversas como la actual, tengan los incentivos adecuados para no proceder al despido. Confiemos que en el desarrollo de este decreto ley se le de a la formación continua en el empleo la atención que requiere.