Técnicos profesionales de los sindicatos y de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) consultados por este periódico coinciden en que los cursos de formación para personas paradas no siempre se adaptan al mercado laboral cambiante: esos sectores económicos que mejor se comportan en ocupación a juzgar por los datos trimestrales de la Encuesta de Población Activa.

Desde el inicio de la crisis, menos del 12% de los parados de España dicen estar participando en programas de formación y reciclaje, lo que se llama  formación no reglada. En Andalucía este porcentaje baja hasta algo más del 9%, según el estudio realizado por los profesores de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide, García Pérez y Troncoso, quienes defienden que hay que forzar al desempleado a participar activamente en procesos de formación y reciclaje.

Desde la CEA, los empresarios se quejan de la falta de flexibilidad de los cursos de formación ocupacional y culpan a la Administración (la Junta de Andalucía gestiona las políticas de empleo) de que, ni siquiera cuando la crisis empeora, reacciona a sus requerimientos de que estos cursos respondan con más rapidez a la demanda empresarial, explica el director de área creación de empresas de la Confederación, Alfonso Díez.

El gabinete técnico de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT ratifica que los cursos de formación van más unidos al reciclaje que a formar a los desempleados a que entren en los sectores que mejor se comportan en ocupación, que sería lo idóneo. Por poner un empleo, apenas se encuentran cursos sobre el sector de industria alimentaria pese a ser un claro nicho de empleo. En la web de CCOO Andalucía a partir de septiembre sólo aparece uno de “cortador de jamón y paletas” y otro de “aplicaciones informáticas”.  

Reyes Gómez,  directora del departamento de formación de la CEA, ratifica que su organización ofrece también muy pocos cursos de este sector, tan solo el de calidad agroalimentaria desde hace algunos años.

El Observatorio de Empleo Argos (de la Junta), la base de datos que sirve para diseñar los cursos, tampoco incluye a la industria alimentaria como sector con mayor ocupación en el segundo trimestre de 2012. En la lista figuran tan solo técnicos educadores de educación especial, acompañantes turísticos, asistentes personales, trabajadores de fabricación de herramientas, mecánico-ajustadores, modelistas, matriceros y afines, así como conductores asalariados de automóviles, taxis y furgonetas.

La responsable de formación de la CEA señala que la normativa de formación profesional para el empleo (Orden de 23 de octubre de 2009) no permite hacer cambios adaptados a los sectores que crecen en ocupación. Los cursos aprobados para 2012, por ejemplo, se diseñaron y cerraron en septiembre de 2011. “El sistema no permite quitar un curso y poner otro. Sólo puedes hacer adaptaciones y actualizar lo último”, explica. Los destinatarios prioritarios de estos cursos (de 560 a 900 horas) son menores de 30 años. La Formación Profesional reglada sí tiene titulaciones en industria alimentaria, en transporte y logística, y en servicio socioculturales y a la comunidad.

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